martes, diciembre 14, 2004

MODESTY BLAISE: THE LONG LEVER

Segunda aventura de Modesty Blaise, fue publicada en los periódicos británicos del 23 de septiembre de 1963 al 15 de enero de 1964 y comprende las tiras diarias 115-211. Sir Gerald Tarrant encarga a Modesty y a Willie que rescaten al doctor Alexis Kossuth, científico de origen húngaro que ha sido secuestrado en Río de Janeiro por hombres de la KGB. La sospecha de que Kossuth se pueda encontrar retenido en El Flamenco, barco del multimillonario Rafael de Sá, empuja a Modesty y a Willie a hacerse pasar por un par de náufragos que son recogidos por la tripulación de El Flamenco. La tensión erótica que generan Modesty y Willie entre los invitados del crucero les servirá para ser bien acogidos en el barco de De Sá. Sin embargo, el encuentro con Kossuth les revelará una realidad muy diferente de la que manejaban los servicios secretos occidentales.

En la introducción, Peter O´Donnell menciona una entrevista con Pierce Brosnan en que el célebre actor destacaba The Long Lever como la historia que le había enganchado a Modesty Blaise. ¿La razón? Modesty Blaise se pasa por sus divinas narices el objetivo de la misión. Modesty, al final del relato, deberá tomar una ruda decisión “unilateral” que la obliga a dejar en libertad a Kossuth, una libertad que él, por razones paternales, no concibe sino en el lado soviético del telón de acero. Si bien el desenlace de la historia no dejará contentos a los servicios secretos occidentales, tampoco la decisión de Modesty traerá a Kossuth nada más que la desgracia.

Se trata de una historia bien hilvanada, alejada en todo momento de los convencionalismos del género de espías que identificamos con 007. Una historia emotiva donde se privilegia el conflicto humano de los personajes y donde Modesty evocará sus propios recuerdos demoníacos del campo de concentración de Kalyros, un pequeño infierno de donde también pudo escapara Kossuth muchos años antes. Modesty usa el “kongo” por primera vez (ese objeto que sirve como broche para sujetar su divino moño y que, desarmado y vuelto a armar, se convierte en un arma para neutralizar los puntos neurálgicos del cuerpo de su contrincante). También es la historia en que Willie Garvin recuerda cómo conoció a la “Princesa” en Saigón, donde ésta le sacó de la cárcel y lo tomó a su servicio. Una hermosa viñeta de ese genio del dibujo que fue Jim Holdaway retrata este momento mítico de la historia del cómic.

Peter O´Donnell y Jim Holdaway, The Long Lever, en Modesty Blaise: The Gabriel Set-Up. Titan Books. London, 2004. (****)

No hay comentarios: