domingo, diciembre 25, 2005

CATWOMAN, WHEN IN ROME

He pasado seis meses coleccionando la miniserie Catwoman: When In Rome, dibujada por Tim Sale y escrita por Jeph Loeb. En cuanto cayó en mis manos el primer número me atrajeron enormemente los dibujos de Sale, llenos de gracia y preciosismo, pero al mismo tiempo de desenvoltura, plasticidad y cierto toque humorístico. Finalizada la miniserie, tuvo que esperar completa su turno en la inmensa pila de cómics y libros sobre cómics que, como la de libros y películas, siempre mengua pero nunca se extingue.

Leí el primer número, y al llegar al final miré estupefacto el reloj: ¿cuánto había tardado en leerlo? Como era imposible precisarlo con exactitud, leí el segundo reloj en mano y me sorprendí al descubrir que había tardado sólo siete minutos en devorar un tebeo de tres dólares y medio (y además, en inglés, que no es mi primera lengua). Ya no me sorprendí cuando la miniserie completa cayó en poco más de media hora. 21 dólares por sólo media hora de diversión. Sí, ya sé que hay meretrices que cobran más por el mismo tiempo, pero, ¿compensa gastar tanto cuando lo que se le ofrece a uno es tan poco? Evidentemente, los dibujos de Sale son una maravilla, y desde ese punto de vista no hay queja. Los guiones de Loeb, en cambio, están al servicio de una historia que hubiera podido dar mucho de sí pero cuyo desarrollo literario es inexistente a pesar de haber sido publicada a lo largo de medio año: pocos diálogos, viñetas muy grandes, escasos o nulos cartuchos de texto... Me sentí enormemente decepcionado con esta historia de Selena Kyle (Catwoman) que viaja hasta Italia en busca de sus raíces.

Luego reflexiono, y pienso que al fin y al cabo estos tebeos ya no se escriben para mí, sino para el chaval de 15 años que pertenece a la generación MTV y que no quiere tebeos con mucha letra, porque se cansa. Lejos, muy lejos quedaron los tiempos en que un álbum de 48 páginas (como los que escribía Charlier) daban para dos horas y media de lectura. Los nuevos tebeos de consumo parecen ser fraudes narrativos con mucha imagen y poco texto. Están borrachos de estética videoclip: todo muy lucido, muy breve y muy rápido.

Entre mis regalitos de intercambio del día de ayer me entregaron un Profesor Xavier con su sillita de ruedas. Un muñequito de plástico que, sin ser la repera, está muy bien hecho y quedará gracioso en una repisa de mi librero. Acompañaba a este venerable Xavier una reedición del número 117 de Uncanny X-Men, aquella serie que en sus tiempos de gloria escribió Chris Claremont y durante una época dibujó con encanto monástico John Byrne. Me lo he leído esta tarde, y he revivido recuerdos muy gratos. Sobre todo, una buena historia bien organizada en torno a un momento culminante (el primer combate psíquico de Xavier, antes de fundar su legendario grupo), con viñetas de tamaño normal, con personajes bien dibujados psicológicamente, con buenos diálogos que describen bien a los personajes, con escenas de acción, con momentos intimistas, con humanidad, con emoción, con intriga... Todo en sólo un tebeo que reza en la portada: Still only 35 cents! 35 centavos de los años 70, claro, y bien invertidos que estaban en un tebeo popular, sin pretensiones grandilocuentes ni papel satinado, que por lo menos dura media hora entre las manos y cuenta bien un capítulo de una buena historia.

Creo que a partir de ahora tengo que proponerme, aun a riesgo de quedarme anticuado como el carroza que empiezo a ser, comprar menos y releer más.

Jeph Loeb y Tim Sale, Catwoman: When In Rome. A Catwoman Murder Mystery (6 números). DC Comics, 2005. (*, de 4).

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